Está diseñada para la atención del paciente hemodinamicamente inestable con falla renal aguda, sepsis, acidosis metabólica, disturbios hidroelectrolíticos, intoxicaciones, soporte del paciente coronario y postoperatorio de cirugías cardiovasculares, Plasmaferesis para el tratamiento de múltiples enfermedades como el Guillain Barré, purpura trombocitopenica trombotica, miastenia gravis, etc.
Se trata de una terapia de reemplazo de la función renal que difiere notablemente de la hemodiálisis convencional, permitiendo al médico intensivista el manejo de grandes volúmenes en los procesos de reanimación y corrección de trastornos hidroelectrolíticos sin causar mayor distres hemodinámico.
Mayor tasa de recuperación de la función renal frente a la hemodiálisis intermitente.
Permite la combinación de diferentes modalidades de terapia con solo presionar un botón.
La terapia de reemplazo renal continuo representa alrededor del 80% de todos los tratamientos de sustitución renal en las UCI del mundo, la hemodiálisis intermitente solo el 17% y la diálisis peritoneal el 3%.
La plasmaféresis, es una técnica de depuración sanguínea extracorpórea. La finalidad es eliminar o remover partículas de gran peso molecular, disminuir la tasa de inmunocomplejos circulantes u otros componentes presentes en el plasma que intervienen en la respuesta inmunológica patológica y que se consideran responsables de una enfermedad de sus manifestaciones clínicas. Esto se consigue extrayendo el plasma del paciente y reemplazándolo por una solución de plasma u otro coloide que sea adecuado(1). El plasma completo es extraído y separado de otros componentes sanguíneos mediante una membrana de filtración (HEMOFILTRO); posteriormente, las células son reinfundidas con una solución de reemplazo (plasma fresco congelado, albúmina, coloides o cristaloides) (2).
Esta técnica está indicada para un gran número de patologías. Las indicaciones más comunes son enfermedades neurológicas (síndrome de Guillain-Barré y miastenia gravis), aunque también está indicada en algunas patologías nefrológicas y hematológicas (síndrome de Goodpasture, y púrpura trombocitopénica trombótica)(3).
La hemodiálisis (y otros tipos de diálisis) cumple la función de los riñones cuando dejan de funcionar bien.
La hemodiálisis puede:
• Eliminar la sal extra, el agua y los productos de desecho para que no se acumulen en su cuerpo
• Mantener niveles seguros de minerales y vitaminas en su cuerpo
• Ayudar a controlar la presión arterial
• Ayudar a producir glóbulos rojos
Durante la hemodiálisis, la sangre pasa a través de un tubo hasta un riñón artificial o filtro.
El filtro, llamado dializador, se divide en 2 partes separadas por una pared delgada.
A medida que la sangre pasa a través de una parte del filtro, un líquido especial en la otra parte extrae los residuos de la sangre.
La sangre luego regresa al cuerpo a través de un tubo.
El médico creará un acceso donde se conecta el tubo. Por lo regular, un acceso estará en un vaso sanguíneo en el brazo.
Cuándo iniciar la diálisis